domingo, 23 de septiembre de 2012

Para la familia. Ayudar a los niños y niñas a desarrollarse.

Me ha parecido interesante compartir estos artículos con vosotros y vosotras. No es ningún descubrimiento pero a veces nos olvidamos o simplemente el  miedo nos lleva actuar de forma equivocada. Estamos formando personas para la vida y la vida es un camino de rosas con espinas. Hay que enseñarles estrategias para que se recuperen y aprendan de esos pinchazos, para que las esquiven, para que sigan adelante... a hacerlos/as fuertes. 

Nadie ha dicho que la tarea de educar sea fácil.

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Acerca de la Disciplina: Ayudar a los Niños a Desarrollar el Autocontrol

"Todos los niños se portan mal en algún momento; es parte de descubrir qué es un comportamiento adecuado y cuáles son los límites. Los niños pueden hacer berrinches, desafiar las reglas, empezar peleas, negarse a cooperar con las rutinas de la familia, insultar y mucho más. Cuando como padres les enseñamos a nuestros hijos a comportarse adecuadamente y les mostramos para qué existen las reglas y los límites, es importante recordar el objetivo de la disciplina. La disciplina permite ayudar a que el niño desarrolle el autocontrol y una noción de límites, experimente las consecuencias de su comportamiento y aprenda de sus errores. La disciplina no implica castigo o conflicto entre padre e hijo. Todos los niños necesitan la seguridad que brinda conocer las reglas y los límites de comportamiento; sin ellas se sienten perdidos." By Anita Gurian, Ph.D. y Robin F. Goodman, Ph.D.

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¿UN NIÑO DEBE SUFRIR? 

"Un niño debe sufrir, debe aprender a manejar frustraciones, desde pequeñito. El niño debe ir entendiendo que en la vida todo no sale a su manera. Ni todas las cosas se consiguen. Cada frustración y cada sufrimiento están atemperados por el afecto que recibe. Es como si el cariño fuera un colchón que disminuye los golpes que la vida le da.
Existe una diferencia entre generar violencia y manejar un sufrimiento. La violencia no es necesaria para madurar. Pero sí el sufrimiento. Y aun cuando por la violencia sufre, el sufrimiento no tiene que ser producida por la violencia. Cada vez que se sufre, no implica se ha vivido una situación violenta. Y no es un juego de palabras.
Muchos padres tienen terror de que sus hijos sufran. La palabra frustración  la desechan como si fuera un pecado. Pero, paradójicamente, si un niño no sufre, no madura ni mucho menos crece  en forma más o menos equilibrada. Es el manejo de la frustración lo que lleva a un ser humano a vivir dentro de la realidad con actitudes  estables. Es el manejo de la frustración la que lo lleva a compartir  y a respetar al otro. Es el sufrimiento el que lo ayuda a enfrentar los naturales golpes de la vida.  Y los no tan naturales también.

La ausencia  de sufrimiento convierte al niño en un pelele, en una cáscara de huevo, incapaz de resistir  ni tan siquiera una mirada de desaprobación. Y pregunto, ¿quién no ha recibido rechazo, desamor, indiferencia, justa o injustamente?
Un niño  debe sufrir.  Y padres y maestros, la sociedad, deben partir  de esta realidad, pues la ausencia de frustración puede ser tan  nociva como el exceso de violencia."  Artículo escrito por: Gloria H.

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