Me ha parecido interesante compartir estos artículos con vosotros y vosotras. No es ningún descubrimiento pero a veces nos olvidamos o simplemente el miedo nos lleva actuar de forma equivocada. Estamos formando personas para la vida y la vida es un camino de rosas con espinas. Hay que enseñarles estrategias para que se recuperen y aprendan de esos pinchazos, para que las esquiven, para que sigan adelante... a hacerlos/as fuertes.
Nadie ha dicho que la tarea de educar sea fácil.
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Acerca de la Disciplina: Ayudar a los Niños a Desarrollar el Autocontrol
"Todos los niños se portan mal en algún momento; es parte de descubrir qué es un comportamiento adecuado y cuáles son los límites. Los niños pueden hacer berrinches, desafiar las reglas, empezar peleas, negarse a cooperar con las rutinas de la familia, insultar y mucho más. Cuando como padres les enseñamos a nuestros hijos a comportarse adecuadamente y les mostramos para qué existen las reglas y los límites, es importante recordar el objetivo de la disciplina. La disciplina permite ayudar a que el niño desarrolle el autocontrol y una noción de límites, experimente las consecuencias de su comportamiento y aprenda de sus errores. La disciplina no implica castigo o conflicto entre padre e hijo. Todos los niños necesitan la seguridad que brinda conocer las reglas y los límites de comportamiento; sin ellas se sienten perdidos." By Anita Gurian, Ph.D. y Robin F. Goodman, Ph.D.
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¿UN NIÑO DEBE SUFRIR?
"Un niño debe sufrir, debe aprender a manejar frustraciones, desde
pequeñito. El niño debe ir entendiendo que en la vida todo no sale a su manera.
Ni todas las cosas se consiguen. Cada frustración y cada sufrimiento están
atemperados por el afecto que recibe. Es como si el cariño fuera un colchón que
disminuye los golpes que la vida le da.
Existe una diferencia entre generar
violencia y manejar un sufrimiento. La violencia no es necesaria para madurar.
Pero sí el sufrimiento. Y aun cuando por la violencia sufre, el sufrimiento no
tiene que ser producida por la violencia. Cada vez que se sufre, no implica se
ha vivido una situación violenta. Y no es un juego de palabras.
Muchos padres tienen terror de que sus hijos sufran. La palabra frustración la
desechan como si fuera un pecado. Pero, paradójicamente, si un niño no sufre, no
madura ni mucho menos crece en forma más o menos equilibrada. Es el manejo de
la frustración lo que lleva a un ser humano a vivir dentro de la realidad con
actitudes estables. Es el manejo de la frustración la que lo lleva a compartir
y a respetar al otro. Es el sufrimiento el que lo ayuda a enfrentar los
naturales golpes de la vida. Y los no tan naturales también.
La
ausencia de sufrimiento convierte al niño en un pelele, en una cáscara de
huevo, incapaz de resistir ni tan siquiera una mirada de desaprobación. Y
pregunto, ¿quién no ha recibido rechazo, desamor, indiferencia, justa o
injustamente?
Un niño debe sufrir. Y padres y maestros, la sociedad,
deben partir de esta realidad, pues la ausencia de frustración puede ser tan
nociva como el exceso de violencia." Artículo escrito por: Gloria H.
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